Hoy queremos presentarte el modelo educativo con que trabajamos en nuestra fundación, donde creemos que una democracia más robusta y legítima solo es posible cuando la ciudadanía se encuentra atenta, informada y activa. Para lograrlo necesitamos una educación que garantice que todos y todas podamos ejercer nuestros derechos políticos fundamentales en plenitud. Sin embargo, no todos los modelos educativos lo consiguen: necesitamos, entonces, una educación que sea cívica, ciudadana y democrática.
Postulamos que la educación debe ser cívica, es decir, debe proporcionar conocimientos sobre el Estado, la ley y el sistema político del que formamos parte. El concepto de educación cívica hoy tiene mal marketing, pues se le asocia a un aprendizaje libresco o en exceso técnico. No obstante, aquí creemos que los conocimientos sobre nuestra vida política son fundamentales para poder desenvolvernos en ella, para relacionarnos con las instituciones y para saber cuándo nuestros derechos han sido vulnerados. De lo contrario, la desigualdad en el saber se vuelve muy rápido una desigualdad de poder.
Planteamos también que la educación debe ser ciudadana, pues en su centro debe estar la participación. Aquí trabajamos por una educación que nos permita conocer cómo podemos participar, que nos entregue las herramientas para ello y que nos permita comprender por qué es tan importante hacerlo. Al mismo tiempo, es una educación construida con nuestra participación, lo que nos ayuda a ser conscientes de nuestro rol y responsabilidad como ciudadanos y ciudadanas.
Por último, proponemos que esta educación debe ser democrática, es decir que, además de permitirnos conocer el sistema político y cómo podemos participar de él, posibilite el diálogo con otros y otras para confrontar puntos de vista. En MC estamos convencidos de que el conflicto es parte de la vida democrática y, por ello, la educación no debe evitarlo, sino que ayudarnos a procesarlo.
Solo una educación de estas características nos permitirá constituirnos como comunidad política. Por eso, como fundación, nuestro compromiso es reforzarla, a través de prácticas pedagógicas innovadoras (juegos de mesa, aplicaciones, material audiovisual) y la capacitación de educadores y educadoras en nuestro modelo.
Ya es momento de una educación que sea cívica, ciudadana y democrática… Es Momento Constituyente.
